top of page

Auditar a los auditores


Por John Hughes – Auditar a los auditores, o: ¡Toda tiranía es odiosa!


Documento original: Auditing the auditors, or: all tyranny is odious!


El perfil mundial de Conrad Black se ha desvanecido en los últimos años…


Su visibilidad canadiense ahora está mayormente confinada a su columna regular de opinión en el National Post, notable por su ilegibilidad desafiada por su estila y por su valoración apenas calificada de Donald Trum como un gran Presidente Estadounidense (“¿Hay alguna persona en su sano juicio que en la oscuridad y el silencio de su dormitorio en la oscuridad, inmensidad y mitad de la noche no prefiera a Trump…?”). Desde hace tiempo se sabe que Black tiene un hacha para moler contra el regulador canadiense de valores (que ciertamente no le ha favorecido personalmente), pero causó un poco de sorpresa que escogió dedicar una columna reciente a la Canadian Public Accountability Board, en términos sencillos el cuerpo que “audita” a los auditores canadienses de las compañías públicas. Aquí hay algunos extractos:


  • El portentoso título de esta organización, que gobierna a la profesión contable en Canadá, incita con razón al temor de un reino efectivo de terror efectivo sobre los contadores. Entre las profesiones conocidas, los contadores han administrado con más éxito que abogados, arquitectos, médicos y doctores académicos, y el clero serio para nadar como pez en el mar de las gentes: hombres y mujeres proverbialmente con anteojos e intachables en trajes grises. Pero ellos, también, tienen sus secretos y sus deficiencias. No puedo olvidar que, durante la mayor parte de la primera década de este siglo, una compañía de la cual yo era el accionista controlante entró en bancarrota con la evaporación de inversiones de miles de personas en todas las provincias de este país, a causa de la avaricia de una de nuestras principales firmas de contabilidad, cobijada bajo la protección de un poder judicial implacablemente ignorante (y cuestionablemente motivado) …

  • … A juzgar a partir del reporte de la CPAB para el año 2021, tiene el doble objetivo de atormentar a las cuatro grandes firmas – sentarse como una gran y enojada gallina encima de ellas y micro administrar sus negocios, al tiempo que, en un perfecto espíritu de igualitarismo, tanto como sea posible inflige la misma atención paternalista a muchas de las firmas pequeñas.

  • … En el año 2021, solo dos de las cuatro principales firmas cumplieron el objetivo de la CPAB para la valoración de los sistemas de administración de la calidad. Las cuatro firmas grandes son: PricewaterhouseCoopers, Deloitte, Ernst & Young and KPMG. Una de esas firmas “no logró el objetivo relacionado con administración de talento y recursos y una firma no logró el objetivo relacionado con la vigilancia”. Cualquier lector comercialmente experimentado puede juzgar el nivel de intrusión y mezquindad que sería necesario para señalar que una de esas firmas grandes es deficiente en la administración de talento y recursos. Yo he realizado una cantidad moderada de investigación sobre esto y he encontrado que, en la práctica, las decisiones de la CPAB son virtualmente inapelables – todo está en manos del jefe del equipo de inspección y la autoridad de esa persona es prácticamente ilimitada. Esto le da al individuo en cuestión poderes equivalentes a los de un fiscal federal estadounidense, que puede amenazar a cualesquiera prácticas con acusación a menos que produzcan evidencia útil para el caso del fiscal, a cambio de no-acusación y con una garantía contra cualquier cargo de perjurio. El resultado es el infame 98 por ciento de tasa de acusación en casos criminales estadounidenses. Canadá es un país notoriamente más amable que Estados Unidos, y para mí es inconcebible que cualquier grupo de contadores canadienses pudiera ser abusivamente autoritario como la fiscalía de Estados Unidos. Pero este grado de autoridad unilateral conferido a cualquiera es preocupante. Existe una inquietud considerable sobre la CPAB en la profesión contable, y si bien se debe acreditar el deseo legítimo de promover y mantener altos estándares profesionales, nadie debe ejercer este nivel de autoridad en esta área vital sin un mecanismo efectivo para asegurar estándares equitativos que hagan forzoso el cumplimiento.


Black concluye, de manera resonante, que “mejores salvaguardas deben ser adoptadas por esos reguladores profesionales para asegurar acceso razonable a tratamiento equitativo por parte de sus miembros. La tiranía del sector privada es preferible a la tiranía del sector público, pero toda tiranía es odiosa, y en esta sociedad, es evitable y nadie se beneficia de ella”.


¡Cualquier tiranía es odiosa! Tal vez deba dar una mirada cercana a las inclinaciones de su amigo Trump. Para ser honestos, yo generalmente no presto mucho interés a las actividades de la CPAB. Aun así, una vez que usted elimina la ampulosidad, los comentarios de Black se cruzan con algunas preocupaciones que recientemente expresé aquí acerca de la dirección y los prospectos de la profesión de auditoría, a raíz de varios lapsos éticas altamente publicitados, pero en sus detalles, decepcionantes. En ese momento sugerí que ”dado el horror general bien establecido de la auditoría como una disciplina humana, especialmente en sus escalones más bajos – la rutina aplastante del ego, la presión del tiempo y la poca gratificación síquica de todo esto – difícilmente es plausible pensar que al menos regularmente la máquina no chisporrotea”. Mi punto de vista entonces era que “si el efecto de las actuales acciones regulatorias es hacer aún más extenso y aburrido el libro de las reglas, entonces los verdaderos problemas con la auditoría solo continuarán creciendo”. Desde entonces, varias otras fuentes parecen confirmar el declinante interés en ingresar a la profesión contable. En algún momento cercano, me parece, las expectativas puestas en la auditoría y en las pobres almas que la llevan a cabo, tendrán que aflojarse, como materia de necesidad práctica y económica. Está por verse si la CPAB evolucionará para reflejar esa necesidad…


Las opiniones expresadas son solamente las del autor.

Esta traducción no ha sido revisada ni aprobada por el autor.


110 visualizaciones0 comentarios

Entradas Recientes

Ver todo

Por John Hughes – Más revelaciones acerca de las sinergias, o: ¡Estoy desmoralizado!

bottom of page